"No importa la distancia que nos separe, siempre habrá un cielo que nos una."

martes, 28 de febrero de 2012

los ojos de mi princesa ~ cap 27

Camino hacia la habitación de Miley suponiendo que estaría allí, pero no la encontró, fue hacia la habitación de Sarah entro y miro a su alrededor. Todo era de color rosa con Blanco, las sabanas que hace un par de días eran de color blanco y ahora eran moradas, las cortinas color rosa, los peluches, le entro un pequeño nerviosismo en su pecho, podría ser que algún dia jugare con ella sin hacerla sentir culpable’’ se pregunto, tal vez si, o tal vez no, solo era cuestión de tiempo. Escucho unas risas desde la bañera de la habitación, camino lento, era la risa de Miley, acerco la oreja hacia la puerta, era ella riendo con… con Sarah. Abrio la puerta de la bañera, para su sopresa, no se lo podía creer, Miley estaba bañanado a Sarah dentro de la tina de su habitación, estaba sentada dentro de la tina cargando a Sarah entre sus manos y juntando sus narices y riendo. Sarah también lo hacia, parecía que estaba feliz, lo podía ver cuando tomaba entre sus pequeñas manos el rostro de Miley y sonreía. Una sonrisa hermosa… pero… Miley estaba desnuda dentro de la bañera, no la poda ver del todo completa pues un poco de la tina le cubria la mayoría del cuerpo. La miro, no podía creer lo que estaba viendo, era como si una madre e hija estuvieran jugando, como si Miley fuera la mama y Sarah la hermosa hija fruto de su amor. Sin maspesar, pudiese decirse que aquella escena que presenciaba, jamas la ubiese visto con Delta, ella era una buena persona y esposa, pero simplemente no era  un persona tan amorosa, trataría bien a sus hijos de eso no abia duda, pero no como una madre que sonríe todo el tiempo hacia su bebe solamente para demostrarle que la vida era un motivo para sonreir.
Al intante en que Nick entro, Miley lo vio, se sentía apenada por la penosa escena que presenciaba y no por estar con Sarah si no por estar desnuda frente a el, lo miro penosa. No sabia si levantarse y cubrirse, pero si lo hacia veria por completo su desnudes y aun a si no podía dejar a Sarah sola en el agua.

-lo..lo siento – dijo Nick tartamuedeando – yo..  no sabia que tu y… - no pudo hablar mas y se giro, llevo sus manos hacia sus ojos y los tapo – lo siento
-no.. esta bien yo.. santo cielo – dijo preocupada –
La bebe solo sonreía, era gracioso la forma en que Nick se abia sonrojado al verla casi desnuda frente a el. A si que Miley se levanto, tomo una toalla y se enredo en ella aun teniendo a Sarah en brazos y cubriéndola también.
-¿ya te cubriste? – dijo Nick –
-ya – dijo casi tartamudeando – ya… puedes girarte –
-lo siento Miley pero… - la vio parada frente  a el con una toalla, vaya que era linda, y aun solo podía ver la parte de su cuello y un poco mas abajo, no pudo despegar la mirada, sus piernas, eran lindas, sin ni si quiera un pequeño bello en ellas. Por un instante sintió una punzada en su cabeza, ‘” ¡¿Qué vez?!” le dijo esa voz de nuevo “voltéate, quita tu cara de idiota” le reprocho. Instantáneamente trato de recuperarse y tomo un suspiro de alivio, tanto al verla tapada, o al menos sus partes intimas.

-¿Qué haces? ¿Por qué no tocaste? – le reprocho
-es la habitación de la bebe, tengo derecho a entrar  - sintió un leve sentido de enojo al escuchar su reproche como si el estuviera acosando - 
-de todos modos que no escuchaste mi voz

Claro que la había escuchado, pero en ese momento quería saber que era lo que pasaba dentro de ese pequeño cuarto, no se quizo escuchar a si mismo decir  “no entres”. ¿Qué mas podría hacer una persona dentro de una bañera?, bañarse, esa era la respuesta, a si de simple. Lo único que no podía evitar, descubrir que hacia dentro y saber si la veria… como la estaba viendo hace unos minutos atrás.

-ya dije que lo siento – protesto –
-esta bien – suspiro y se calmo – necesito vestirme, sostén a Sarah – dijo en movimiento de entragarle a la bebe, pero se di cuenta de que estaba enredada en la misma toalla –
-necesitas… otra toalla – dijo Nick nervioso.  Camino hacia la habitacion y tomo una toalla del pequeño mueble, la saco y la extendió hacia y esta la tomo. Minutos después MIley salio enrollada en la misma toalla y Sarah en otra, lo miro con nerviosismo pero con cierta tranquilidad, querinado ocultar la pena que sentía.
-ten – dijo dando a Sarah en brazos – vistela en lo que yo me visto –
Despues de una hora Miley ya estaba lista…
-escogi un vestido para Sarah – dijo mostrándole una pequeña pieza ropa color azul crema - ¿te gusta?
-tu eres el papá, la pregunta es ¿te gusta a ti? – dijo riendo –
-mucho, me recuerda… a alguien muy especial –

¿Quién era ese alguien especial?
Un día Miley y yo estábamos jugando a la princesa y el príncipe, yo estaba corriendo por todo el césped disparándole a los dragones que querían matarla, lo sé, suena un poco gracioso pero a si fue, yo corria haciendo ruidos con la boca para asimilar el sonido de la espada con la que según los mataba, le decía a mí princesa que no tuviera miedo, que yo estaría con ella y la salvaría de cualquier rufian que se atreviera a hacerle daño. Ella solo reia y me decía que no tenia miedo de estar a mi lado, que sabia perfectamente que yo la protegería. Recuerdo perfectamente ese día… corri a abrazarla asimilando que un dragon se acercaba a nosotros y quería matarnos, ella grito y comenzó a correr por el césped mientras yo la perseguia, ‘’salvame mi principe’’ ella me decía entre risas hermosa, mientras que solo le contestaba ‘’no temas mi princesa, ahí estoy para ti’’. Corrimos juntos por el césped hasta que nos alejamos de los dragones tan malos que nos perseguían, la tome de la mano y nos sentamos juntos mirando el atardecer.

-es hermoso – dijo rescargandose en mi hombro –
-a si como es hermoso vestido que traes puesto princesa  - sonreí –
-gracias mi príncipe – decía ella sin despegarse de mi hombro. Ubo un silencio aproximado, hasta por fin volvió a hablar – Nick… - me llamo –
-¿si? –  le respondí –
-siempre me cuidaras – pregunto ahora mirándome a los ojos –
-si, siempre – le prometi –
-te quiero – dijo ella abrazandome y escondiendo su rostro en mi cuello – y mucho, hermanito –
-yo también… 

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