"No importa la distancia que nos separe, siempre habrá un cielo que nos una."

martes, 28 de febrero de 2012

los ojos de mi princesa ~ cap 26

Se acomodó el saco, tomándolo por la apertura de los botones y jalándolo hacia su estomago, en n movimiento incomodo, Miley se pregunto si a caso abria escuchado lo que había dicho en aquella llamada, y no era que le tuviese miedo, era la simple idea de que a pesar de todos los años que abian pasado, ella siempre abia sido temerosa con el al decirle lo que hablaba con sus amigas o simplemente con chicos que querían algo mas que amistad con ella. No se respondia aun, por que Nick cada vez que ella le decía que un chico quería algo mas serio con ella, él se comportaba incomodo y preferia evitar el tema. Por un tiempo determinado pensó que a la mejor él sentía algo por ella, pero no abia sido a si, cuando se entero de que él habia estado saliendo con una chica del colegio de su misma edad. La idea en ese entonces la entritecio demasiado, al saber que lo que ella pensaba no era lo que en verdad sucedia, desde aquel entonces, tuvo aun mas nervios al decirle lo que pasaba en su vida amorosa.

-¿Qué haces aquí? – pregunto de repente Miley –
-es mi casa ¿no?, también tengo derechos – dijo sin mirarla y digiendose hacia su escritorio, para abrir el cajón y sacar la pequeña agenda - ¿Quién era ese tonto? –

Pregunto sin pensarlo, lo hizo por impulso, no estaba tan cuerdo como el pensaba ubiese sido la idea de que no soportaba que le guardaran secretos, o simplemente no soportaba la idea de que ella le dijera a alguien que lo amaba, eso lo aturdia mas, y de ser a si le molestaba  a un mas que ni si quiera supiera quien era el total cretino a quien le llamaba con amor y tanta coquetería. Tal vez debio a ver evitado esa pregunta, como lo abia dicho antes “no es asunto tuyo”, pero que mas daba. Si, por un instante se arrepintió de a verle preguntado tal cosa, pero al instante también se sintió con la necesidad de hacerlo, le interesaba la vida de ella ¿no?...

-¿Cómo dijiste? – pregunto Miley con sorpresa en su voz, maldición si la había esuchado hablar por teléfono, y eso que según ella había sido demasiado precavida, y por eso desidio adentrarse a al despacho para que nadie la escuchara, pero ¡dios! No fue demasiado precavida. Y ahora tenia que aguantar un santo cermon de su casi casi “hermano” Nick.
-tonto. ¿Quién era? – dijo halzando la mirada –
-no creo que te interese – aclaro ella, tomando sus manos frente a su estomago haciando una faz de nerviosismo –
-si no me interesara, no preguntaría ¿no crees?
-si, bueno, tienes razón, a lo que me referio es que no debe de interesarte – dijo mirando hacia la agenda que sostenia Nick en sus manos - ¿para que es eso? – pregunto enseguida para evadir el tema –
-contestame primero – dijo Nik mirándola a los ojos – o acaso ocultas algo –insinuo –
-No tengo nada que ocultarte. Si no me quieres responder esta bien. Compermiso – hizo movimiento hacia la salida –
-no podre encargarme de Sarah
-¿Por qué?
-tengo mucho trabajo – aclaro –
-pero a noche lo terminamos, por eso mismo te ayude. Además ya estabas comprometido en aprender para estar con ella – dijo mirándolo con los ojos un poco abiertos – no puedes cambiarlo
-A si es el trabajo Miley –

Durante el resto del dia se la había pasado haciendo llamadas a todos sus conocidos sobre informes de un terreno, pero ninguno de ellos pudo darles señal de alguno, simple y sencillamente por la avaricia de solo ganar sin compartir. Eso le sucedió a Nick, de hecho, mas muy aparte de ese tema sobre el terreno, aun pensaba en Miley y en el tonto con el que hablaba. Se había enojado de verdad con lo que había escuchado de la boca de Miley, se mlolesto tanto que ni si quiera quería verla en esos momentos, pero a la vez si. Por otro lado se sentía culpable, le había prometido que estaría con Sarah ese dia, aprendiendo los métodos para cuidarla mejor y ser un buen adre, y aunque aun le costara aceptar del todo bien, que Sarah era su hija, lo aceptaba y no tanto por el, si no por Miley. Siempre que veía la sonrisa de Miley al cargar a Sarah se preguntaba si el podría hacer lo mismo, si podría tener la misma sonrisa de Miley al cargar a la hermosa bebe, o si cuando la bebe diera sus primeras palaras el se emocionaría tanto como lo hacia Miley cuando la nena sonreía. No podía sacar de su cabeza esas pequeña preguntas, ¿Cómo seria si Delta no ubiera muerto?, a la mejor Miley no llegaría a esta casa y el y delta serian felices con su bebe tan anehelada que ellos esperaban desde un principio. Tal vez y ni si quiera estaría pasando por estos momentos de no saber que hacer con los cuidados de su hija, tal vez y el amor que le tendría si delta no ubiera muerto, lo ubiera ayudado a comprender como ser un buen padre. Pero las cosas no eran a si, las cosas era completamente diferentes y no sabia como hacerlo de manera correcta.

Tomo de nuevo la pequeña agenda, la coloco dentro de un cajón y se dispuso a salir de la habitación. No podía concentrarse en el trabajo pensando en Miley, en Sarah o en el simple ‘’ubiera’’, no podía responder a sus preguntas si estaba fuera de sus rondas, tomo un respiro y salio de la habitación, también debía de pedirle una disculpa a Miley por la forma en que le hablo, o no tanto eso, si no la forma en que se metio en sus asuntos, bien estaba dicho ella tenia u propia vida y sabia lo que hacia, a si que solo le quedaba pedir una disculpa.

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