Durante toda la tarde Nick aso
aprendiendo como vestir a Sarah, la verdad es que vestir a una bebe no era
difícil, solo era cuestión de tener paciencia y cuidado con ellos, cuando le
ves el lado bueno a las cosas, ves lo motivos por los cuales sonreir. No
siempre es esconderte bajo una manta de color oscuro y decir no puedo, es salir
de esa manta que no te deja ver y salir de ahí, moverte e intentar. Poner un
gramo de aire en un respiro para que puedas sentir el aire entrar por tus
pulmones, para sentir que estas bien, para sentir que nada en la vida es malo,
siempre contiene algo bueno. En mi caso, no es algo lo que es bueno, es
alguien, Sarah, mi hija, y aunque me cueste decirlo, es mi niña la que quiero,
entiendo han pasado casi dos meses desde mi princesa llego a mi de nuevo, que
rapido pasa el tiempo. Miley a estado conmigo en todo, ayudándome y enseñándome
como es que debo de cuidar a Sarah, como debo alimentarla, bañarla, vestirla,
en fin… me ha enseñado demasiadas cosas sobre lo que sabe, incluso de lo que yo
se, yo le eh enseñado también, la verdad
es que desde aquel dia en que la vi en la bañera con la bebe, aun sigue
cohibida, creo a un le cuesta un poco aceptar que sin darnos cuenta podemos ver
cosas que nosotros no queremos ver, o que al menos queremos ver pero cuando las
vemos no sabemos como actuar. Me tomo tiempo recapacitar que ella sigue siendo
la misma niña de 9 años que jugaba a los dragones conmigo, que reia y se tiraba
en el piso solo por el simple fan de hacerlo. Solo que ahora no son dragones
imaginarios, yo soy el dragón que una día cuando llego quize hacerle daño, y
aunque aun no se el motivo por el cual se marchó sin decirme nada, seré
paciente con ella, esperare el momento indicado a que ella este segura de
decírmelo. Sé que aún sigo comportándome como un ogro con ella, pues a veces
llego incluso allego a gritarle o a levantarle
la voz, pero es por el simpe hecho de que no puedo controlar mis
pensamientos y mucho menos mi rencor por lo que paso hace ya siete años. Es
solo que cuando la escucho hablar me recuerda tanto a aquel ultimo día en que
la vi, en que le sonreí. Me cuesta aceptar que aun no tengo una respuesta y
aunque soy paciente a veces me duele no saber cual fueron esas razones por las
cuales llore tanto, por las cuales quería desaparecer y estar en un segundo a
su lado, suena cursi lo sé, pero es lo que estoy sintiendo, se que ella no lo
sabe por que no sabe lo que pasa por mi mente, pero apuesto a que ella también
se lo imagina en su mente y opina lo mismo que yo, y no es que sea un psíquico
o algo parecido, pero lo puedo ver en sus ojos, en sus pupilas cuando me mira.
Se que también tiene preguntas por hacerme pero no se cuales son, incluso se
que también esta sufriendo y eso es lo que más me desespera, el no saber los
motivos por los cuales ella esta sufriendo, se que aun ahí tiempo para resolver
esas preguntas, pero mientras tanto… ¿Qué hago aquí?, es una pregunta muy buena
y la respuesta en más que sencilla; tengo una hija que necesita de mi…
-¿A dónde vas? – me pregunto
Miley al verme parado frente a la puerta
y tratando de abrirla –
-saldré – fue lo único que dije –
-¿A dónde? – pregunto –
-solo saldré
-pues dímelo – dijo mirándome a los ojos –
-¿para que quieres saber? – una
vez mas me estaba comportando como un vil ogro de pacotilla, y se preguntarán
porque…
Ayer por la noche cuando llegue
del trabajo, una vez más me dirigí hacia mí despacho al parecer ya se estaba
tornando como rutina pero bueno. Abrí la puerta y ahí estaba ella de nuevo,
hablando con aquel tonto de la última vez, de nuevo le encontré diciéndole “te
extraño” y “te amo”, me entraron unas ganas inmensas de quitarle el auricular y
preguntarle quien era. Me sentí tonto sin saber que hacer, lo admito yo se que
no ha pasado mucho tiempo pero me eh dado cuenta de que llama muy seguido con
ese “tonto” o ese hombre como sea. No es que me sienta usado pero, me da la impresión
de que ese “tonto” es algo mas que solo un simple “hombre” para ella tal vez y
sean algo mas que amigos, y es algo que yo no tolero que sean, y no es que sea
celoso pero… cuando la veo hablando con él, porque supongo que siempre es el
mismo “tonto”, me entran muchas ganas de decir cosas que no debo, y no me
refiero a palabras de odio, si no… otro tipo de palabras…
He llegado a este mundo imaginando tu
ser, ideando tu figura, pero mi mente no ha de formar una descripción tan
maravillosa.
Porque no me he de conformar con tan
solo esta descripción inconclusa?
Si para mi esta pequeña ideología tuya
provoca en mi los sentimientos más profundos.
¡No!
Pero mi corazón no se resigna al hecho
de no poder llegar a tenerte en mis brazos, rozar tus labios de miel, sentir tu
sutil aroma, el solo anhelo de llegar a reflejar tus ojos en los míos hace que
mi corazón se sumerja en un éxtasis infinito.
¿Dónde te puedo encontrar? ¡es lo que
no se!, tan solo eres una ilusión inconclusa, un sueño, que me hace feliz pero
al la vez me atormenta…